miércoles, 29 de febrero de 2012

Francisco Garrido Delgado

Una brillantez inusual

     El balón bailaba al compás de las olas marinas, entre las barcas; con más fuerza incluso que el golpear de baquetas contra la batería, que daría lugar a una base bestial. Pero al tiempo, atravesando la oscuridad, la tenue luz de la luna, alcanzaba como un láser letal la superficie del esférico, y daba en él una brillantez inusual.

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